3 de marzo de 2012

A TRIP IN THE TIME.

¿Una máquina del tiempo? No hace falta.

Basta con subirse a un avión dirección a Marruecos.



“A lo lejos, muy cerca, escucho las llamadas a la oración cruzándose, como abrazos de ciegos, recordándome que he de dar gracias a Dios. Y las doy”


¿Recuerdas los años en que las puertas de las casas siempre estaban abiertas, sin pestillos?




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